miércoles, 29 de septiembre de 2010

Enigma (Part Two)


Cruzó la calle sin mirar, sin notar siquiera que había llegado a una esquina. Los conductores desenfrenados tocan las bocinas al unísono, pero Melina no escucha más que un murmullo. La gente pasa a su lado sin notarla y se deja llevar por la multitud hasta donde se disuelva.
Casi sin notar llegó a la universidad donde estudia, se sentó en su rincón favorito y se puso a soñar despierta. Le llama la atención un juguetón perrito, aunque observando mejor se da cuenta que es perrita. No vio quién o quienes la llevaban, a ella no le importan eso detalles. Se imagina la inocencia de aquel animalito, saltando, corriendo y sin ninguna preocupación... bueno, tal vez esté preocupada por su cola o los mosquitos y los zorzales que revolotean a su alrededor.
El día está precioso, por primera vez lo nota, siente la calidez del sol entrar por sus poros. Las nubes crean sus formas interminables, escucha el trino de los zorzales y sonríe.
"¿En qué momento me perdí?" se pregunta y deja de sonreír, "¿Cómo recupero mi vida y me quito estos pensamientos funestos? ¡Quiero regresar! ¡Quiero ser normal!"
Diez minutos... sólo eso le queda para entrar a una clase, clase que la martiriza, que la frustra, que la hace salir corriendo cada vez que puede. Ya no le queda tiempo, se le acaba el tiempo, debe aplicarse en esta asignatura o todo el esfuerzo de sus padres y sus propios esfuerzos por ser una profesional no habrán servido de nada.
Seis años, seis malditos años. Melina cree que no es capaz de hacerlo, se siente abrumada, derrotada y abatida. Quisiera desaparecer, pero ¿cómo hacerlo sin herir a quienes quiere?
No encuentra consuelo, está a pocos segundos de escapar. Ya no importa el calor del sol, ya no lo siente. Ya no importa el trino de los zorzales, ya no lo escucha. Su mente se ha encerrado de nuevo en su único refugio de tormentos. Quiere ir pero tiene vergüenza... vergüenza de su estupidez y flojera...

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